George Banks, un hombre maduro pero de espíritu joven, no acaba de aceptar que su hija de 22 años, para él todavía una niña, se vaya a casar. Aunque todos creen que el novio es un chico estupendo, precisamente esto lo convierte en enemigo de su futuro suegro, que tiene miedo a perder a su hija para siempre. A eso habría que añadir el disparatado coste de la boda.