En 1983, Mason Storm (Steven Seagal) detective de Los Ángeles, se encuentra investigando un trato criminal llevado a cabo en una escollera del puerto, del cual graba audio y video, observando que uno de los implicados es un político importante que está a punto de candidatearse a senador. Storm es descubierto pero logra escapar, y en camino a su casa le informa a un compañero policía que tiene la grabación del encuentro y se la llevará para presentarla como evidencia. Sin embargo, los otros policías Jack Axel (Charles Boswell) y Max Quentero (Branscombe Richmond) asociados al político corrupto, escuchan la conversación, llegan con un grupo comando a la casa de Storm y le disparan a él y a su esposa, aunque no pueden recuperar la grabación (la cual Storm escondió detrás de la pared de la cocina), el hijo de Storm logra escapar de la casa vivo.