Dos emprendedores, el innovador Mike Lazaridis y el despiadado empresario Jim Balsillie, unieron sus fuerzas en una empresa que se convertiría en un éxito mundial en poco más de una década. El dispositivo que uno de ellos inventó y el otro vendió, BlackBerry, fue un adictivo teléfono móvil que cambió la forma en la que el mundo trabajaba, jugaba y se comunicaba. Pero justo cuando BlackBerry alcanzaba nuevas cimas, también empezó a perderse entre la niebla de las guerras de los teléfonos inteligentes, la indecisión de sus directivos y las distracciones externas.