Una vez que llamó al Padre Frank por sus esfuerzos por rescatar vidas, Frank ve los fantasmas de aquellos que no pudo salvar en cada vuelta. Ha intentado todo lo posible para que lo despidan, llamando enfermo, retrasando la recepción de llamadas donde podría tener que enfrentarse a una víctima más a la que no pudo evitar, pero que no puede dejar el trabajo por su cuenta.