Un ladrón sudafricano llamado Tsotsi vive bajo una norma de violencia. Él y su banda de ladrones merodean las calles de Johannesburgo día y noche atacando a aquellos que se rehúsan a darles lo que piden. Tras disparar y robarle el auto a una mujer, él descubre que un bebé está en el asiento trasero. Pero lejos de lastimarlo, se lo lleva a su casa y cuida de él. El niño se convierte en catalizador del duro rufián para volverlo más humano.