Lillian Hall, actriz que es sinónimo de Broadway, nunca se ha perdido una representación a lo largo de su dilatada e ilustre carrera. Ni por su hija, ni por enfermedad, ni por ningún motivo. Sin embargo, en los ensayos previos a su próxima producción en Broadway, su confianza se ve desafiada. La gente y los acontecimientos conspiran para arrebatarle la posibilidad de hacer lo que más le gusta.