Oeste de Australia, 1897. Para escapar de su dura realidad con la intención de volver a casa, un joven camellero afgano se alía con un misterioso aborigen que huye con dos lingotes de oro marcados con el sello de la corona. Juntos deberán evitar un sinfín de barreras para poder llegar así al lugar en el que pueden liberar su tesoro de sus marcas identificativas.