En la pobreza, Ernie Davis supera obstáculos para entrar al programa de fútbol de la Universidad de Syracuse. Bajo su entrenador Ben Schwartzwalder, Davis se convierte en uno de los mejores jugadores, superando los logros de Jim Brown. En 1961, Davis es el primer jugador negro en ganar el Trofeo Heisman, pero tiene que superar un obstáculo más en su vida.