Un brillante y achacoso abogado, Sir Wilfrid Robarts, hace oídos sordos a los consejos de su asistenta, Miss Plimsoll, y decide aceptar la defensa de Leonard Vole, acusado de un asesinato, a pesar de que el médico le había recomendado que se mantuviera al margen de los casos más complicados. Vole está acusado del asesinato de una anciana viuda que se había enamorado de él y le había nombrado heredero de su fortuna.