En la tercera película de la serie, un reverendo se enfrenta a un inesperado revés cuando su querida iglesia se incendia, y la universidad vecina trata de expulsar a su congregación del campus. Con intereses económicos por detrás, el presidente de la escuela, y su viejo amigo, no dudará en involucrarlos en una batalla legal. Sin salida, el reverendo tendrá que pedirle ayuda a su hermano, un abogado ateo.