Alanis es trabajadora sexual, tiene un hijo y comparte departamento en el centro de Buenos Aires con Gisela. Ambas mujeres cuidan del bebé y reciben a sus clientes. Todo cambia cuando dos inspectores municipales irrumpen en su domicilio y detienen a Gisela. Expulsada de su departamento, Alanis se traslada temporalmente a casa de su tía. Cuida a su hijo y ofrece en la calle lo que sabe hacer. Siempre en continuo movimiento, Alanis deberá pelear por encontrar su sitio.